Las penas con pan, son más...


Cuando el bolillo se vuelve artículo de lujo


Por Pedro Díaz G.

Fotografias: Eduardo Loza



Sucedió a media mañana. Calle Roa Bárcenas, colonia Obrera. Pero pudo haber ocurrido en cualquier parte de este país. Por las prisas, sólo Lorena ingresa a la panadería El Sol, pues a esa hora las grandes bandejas estorban e inundan de sabor los pequeños corredores repletos de vitrinas y estantes en donde panes aromáticos, calientitos, apenas salen de los hornos que ardieron la noche entera.
Apurada, Lorena se abre paso entre la gente y va directo a donde se ofrece el pan blanco. Por unos segundos, se queda de una pieza, paralizada, mientras en su cabeza echa números.
Y con las manos llenas vuelve hacia la caja.
Su inicial sonrisa ha cambiado y ya sin ella abandona la panadería, con dos baguettes en las manos.
Y no acaba todavía de salir de su sorpresa, cuando es recibida por el abierto reclamo de su madre:
—¡Te dije que tres panes, mensa… no dos!
Tres metros les separan y Lorena no lo quiere gritar, pero termina respondiendo:
—¡Pus es que ya subió! ¡Ya cuestan más! ¡Son 12.60!
—¿Quéeee? —exclama la madre, ahora seria, hurgando en el fondo de su monedero—. ¿Pus de qué están rellenos?
—Ha de ser de jamón —agrega ilusionado el hermano, Javier.
Pero no.
La realidad es que esa mañana el pan ya había subido. En el Distrito Federal y en casi todo el país.
Precios sin control: de 90 centavos el bolillo, a 1.20, 1.30 o hasta 1.50 pesos por pieza.
Y el de dulce, ni se diga: hasta 4 o 4.50 lo que apenas ayer costaba 3 pesos.
En diciembre fueron las tortillas y ahora es el pan.
Y como siempre, nadie sabe nada.
En los periódicos, las autoridades de la Secretaría de Economía sostienen que es la consecuencia de que el precio internacional del trigo se haya elevado de 327.02 a 545.83 dólares por tonelada.
Pero en la calle la explicación es más simple: “como ya se anunció que la gasolina sube en octubre, todos ya comenzaron a subir su precios… empezando por el pan”.
El gazolinazo, pues, que el presidente Felipe Calderón propuso y que PRI y PAN aprobaron en el Congreso de la Unión.
Aunque los panaderos digan que no.
Según ellos, el pan ha subido de precio porque todos sus componentes también lo han hecho: los aromas de la margarina (55 por ciento de aumento en los últimos 20 días); la margarina (65 por ciento al alza), la manteca vegetal (45 por ciento de elevación), y finalmente, el golpe que no pudieron soportar los panaderos: 65 por ciento más al precio del trigo.

???
—Mmm, claro que se me antoja una concha de chocolate, pero ya cuestan 4.50... Y pues no, no nos alcanza —contesta Lorena cuando se le pregunta por qué solo lleva pan blanco.
Cuatro pesos es lo menos por una pieza de pan dulce, de las elaboradas con manteca. La repostería subió a 4.50 y la repostería fina a 6 pesos, en promedio.
Lorena Trejo Arenas sale de la panadería El Sol con sus dos piezas de pan blanco.
No tiene para la tercera que le reclamaba su madre.
Al menos no esta mañana en la que el aumento de los precios les ha tomado por sorpresa.
Se les quita de pronto el buen humor a los Trejo.
—Hoy es el pan —lamenta doña Clara, la madre—. Ayer fue la gasolina... Cómo no nos vamos poner inconformes, los que autorizan estos aumentos de precios no piensan en nosotros. Y el amanecer con tu cafecito y un pan, pues ya será una costumbre sólo para ricos.
Trata de explicarlo don José, quien trabaja en esta panadería y a quien directamente le ha repercutido económicamente.
—La gente se va, no vuelve en varios días por su pan. Pero el año pasado comprábamos el bulto de harina de 44 kilos en 140 pesos; en enero subió a 185. Y esta semana nos la están vendiendo a 240 o 250 pesos. No nos queda de otra: estamos obligados a subir los precios.
Cierto: el bolillo, que ayer estaba en un peso, aquí cuesta ya 20 centavos más.
—No fue tanto el aumento al pan blanco, pero todo lo demás sí subió —evalúa la señorita Lucía, desde la parte trasera del mostrador.
—¿Y la gente? ¿Mucha, como siempre, o ya no tanta?
—No ha disminuido, pero seguro es porque todavía no se enteran. Al llegar aquí, a la caja, es cuando mucha gente nos reclama.
Su gesto de repente es de disgusto. Es a ella a quien, injustificadamente, le espetan las quejas en la cara. Dice:
—Pero nomás aquí reclaman... Con nosotras. Nada más con nosotras.

???
Eso de andar preguntando a la gente si ya se entraron que subió el pan, y tratar de conocer qué piensan de ello, es, en estos tiempos, un trabajo de alto riesgo.
Lo menos que se puede llevar uno es una mentada de madre.
Como la que me suelta a todo pulmón esa señora que sin detener el paso abandona la panadería Unión con una bolsa pequeña, pequeña:
—Señora, sabe que subió el pan… —se intenta preguntarle, cuando sin más corta y lanza un gruñido:
—¡Chinguen todos a su madre! A mí no me pregunte… —y se sigue de largo, con la pequeña bolsa de papel de estraza estrangulada por una de sus manos.
Adentro de la panadería Unión, una decena de empleados trabaja afanosamente, mientras los clientes, a esta hora, las dos de la tarde, son escasos.
Felipe Rosado acomoda con enfado, uno a uno, los casi 200 panes que le caben en la charola que espera en uno de los triciclos a las afueras del negocio. De ahí partirá a recorrer todos los rincones de la colonia. A 5 y 6 pesos, el costo de cada pieza a domicilio.
—Oiga, ¿y a usted qué le parece eso del aumento al pan? —se intenta de nuevo la entrevista con uno de ellos.
—A mí no me hable de aumentos ni de pan… —masculla malhumorado.
No hay duda, la gente está enojada.
Y la causa la aventura amablemente don Pablo, quien sale con su bolsa de pan.
—Cómo cree que no vamos a estar molestos, si apenas en nueve meses el precio promedio de los productos de la canasta básica se incrementó casi en 35 por ciento. ¿Se imagina usted, con el aumento a las gasolinas, al pan, a la tortilla, a los insumos, al transporte, a los servicios, cómo vamos a llegar a fin de año? Yo se lo puedo decir ahorita: pues en ceros.
Esto es lo que molesta, opina también la señora Judith Valencia:
—Ya les tengo pavor a las noticias. El alza de precios comenzó con la tortilla y se sigue con la gasolina. Con estas medidas, y eso ya lo sabemos pues lo hemos vivido desde siempre, lo único que ocasionan es una escalada de precios. Pero los mexicanos estamos acostumbrados a no decir nada. Siempre nos quedamos callados.
Simón Contreras sabe de números, y tiene buena memoria. Hace una lista:
—Mira —dice, su vista fija en la del reportero—, acuérdate, en diciembre pasado el pan de caja, ése que compras en el súper, costaba 13 o 14 pesos; ahora ya anda en los 19… El precio del bolillo estaba en los 80 centavos y hoy aquí, en plena colonia Escandón, lo dan a 1.50… El trigo hace un mes costaba a 5.25 pesos el kilo y hoy no lo consigues por abajo de los 10.50… No, qué va. Cuando entró este nuevo Presidente dijo que iba a atacar a la pobreza. Pues bien que lo está haciendo: a este ritmo, todos los pobres nos vamos a morir. Y pues sí, adiós a la pobreza. Dijo que iba a ser el Presidente del empleo ¡y todos en mi familia estamos sin trabajo!

???
Ángel, el adolescente encargado de la panadería Panusa, en las calles de Toribio Medina y Bolívar de la colonia Algarín, seguro no ha de leer las noticias. O nadie se lo ha dicho: ¡aumentó el precio del pan!
Pero ni falta que hace.
—Oye, cuéntame cómo te ha afectado el aumento al precio del pan. ¿Viene menos gente? ¿Te reclaman?
—No —dice con desparpajo y hasta orgullo—. En esta panadería no hemos aumentado los precios. Aquí el pan se sigue vendiendo, como desde hace mucho, a un peso con 20 centavos.
Pues sí: el costo oficial era de un peso.

???
Es mentira que existan, al menos en las seis panaderías que hemos visitado esta tarde de septiembre, bolillos o teleras de 80 centavos o de 1.04 pesos como máximo, según el reporte que la Procuraduría Federal del Consumidor dio a conocer apenas el 18 de septiembre.
La panadería más barata —El Sol, en la Obrera— lo vende a 1.10, y la más cara —la Unión, en la Escandón— a 1.50 pesos.
—Pero si bien —agrega don Braulio Zamora— ahorita estamos pagando los 250 pesos por bulto de harina de trigo, se espera que para diciembre nos la vuelvan a subir hasta los 300 pesos. Y entonces sí, el bolillo y la telera se nos van a los dos pesos.
Los aumentos no se detienen.
Aquí, a las afueras de la panadería Maren, en la colonia Narvarte, donde las formas y los colores dan especial toque a esta gran tienda de pan que vende a 1.20 la pieza de bolillo, a 11 pesos una empanada y a 135 pesos un pastel imposible con la cubierta de frutas, doña Ruth hace un balance de su economía.
Recuerda que los salarios han subido apenas unos pesos y que “no sólo es el bolillo. La leche ya llegó a 11 pesos, el huevo a más de 15, el frijol supera los 20, el aceite está a 16 y con esos precios no hay sueldo que alcance”.

???
“No. Aquí la gente no nos dice nada. Pasa por su pan y se va hacia el metro Etiopía, caminando rapidito. Aquí en Qué Tal Un Pan, de Xola y Pitágoras, vendemos de una o dos piezas por persona; es casi casi pan para ir comiendo. Y claro que lo tuvimos que subir, pero la gente no nos dice nada. Se aguanta. A lo mejor porque nosotros lo aumentamos parejito: 50 centavos por pieza. De 5.50 a 6 pesos. ¿Cuántos va a querer?”, es lo que dice uno de los vendedores.

???
Todo. El pan salado como bolillos, teleras, pan negro, rehiletes, trenzas, barras, baguettes. Todo. De hojaldres: orejas, duques, peinetas. Apastelados: ojos de pancha, palomas, bisquets, panqués, mantecadas. Galletas panaderas: cubiletes y polvorones, coquelines. Bizcocho: conchas, chilindrinas, donas, corbatas, bigotes. Todo. Cuernitos, rebanadas de mantequilla, cocoles, roscas de canela, hojaldras, besos, donas de chocolate y de azúcar, polvorones, roles de canela, cubiletes, muffins, daneses, chorreadas, buñuelos, roscas, pambazos, bigotes, doraditas, empanadas, semitas, merengues, cañones, marraquetas, campechanas, flautas, hogazas. La empanada dulce, empanada cuaresmeña, pay de leche, puerquitos, ombligos, la madalena, la chirimoya…
Todo es más caro en las panaderías de México desde esta gris tarde de septiembre, que amenaza con fuertes aguaceros y en la que, tras hurgar en monedero y en bolsillos, ya no alcanza para el pan.

Julieta Villalpando, la emperatriz de Coacalco




Por Pedro Díaz G.

pedrodiazg@eme-equis.com.mx


En esta historia la protagonista huye.

Bajo su cobijo, un municipio, el de Coacalco de Berriozabal, en el estado de México, vivió tres de sus más desastrosos años. La ex alcaldesa que culminó su gestión el 17 de agosto de 2006, vacío inclusive la casa que habitó durante el último lustro. Verificó personalmente los últimos trámites de la mudanza y se fue. Es decir: se esfumó. Y nadie sabe de su ubicación, porque nadie, hasta el momento, la está buscando.

La panista Julieta Villalpando Riquelme fue para muchos una nueva especie de Emperatriz, lejos de un buen ejemplo de lo que es gobernar; sobretodo para el nuevo presidente municipal, el priísta David Sánchez Isidoro, a quien dejó, entre muchas otras anomalías y pendientes, una deuda pública de 217 millones de pesos, y otra a la Comisión de Aguas del estado, por 360 millones más.

Parecieran pintorescas las anécdotas que se sucedieron en los últimos
tiempos, en esos rumbos, pero no son sino un pequeño reflejo del poder
político utilizado indiscriminadamente a lo largo de muchos municipios en todo el país.

Prepotencia, aviadores, juicios laborales perdidos, mobiliario y
vehículos destruidos, arcas vacías y giros negros otorgados inclusive a sus
propios familiares, son apenas algunas de las joyas de ignominia de
esta funcionaria, a la que se le cuelgan también una serie de hechizos y brujería, de acuerdo con los fetiches encontrados en sus oficinas.

Nepotismo, adeudos, saqueo, ineficacia e inseguridad impidieron el crecimiento en el municipio, pero permitieron que sus gobernantes se enriquecieran de manera escandalosa.

No dejó en las arcas municipales ni para el pago del personal que labora en el Palacio Municipal, provocando, entre otras cosas, que los directores de área y coordinadores no cobrasen su sueldos las dos primeras quincenas de la nueva administración.

Ya fue despojada de su cargo en el Comité Directivo Estatal del PAN, pero sigue como militante de su partido. Ella fue todo el poder en esta trama en la que los ciudadanos siguen viviendo a merced de los caprichos de sus políticos.

* * *

Reveló el actual presidente municipal de Coacalco, David Sánchez, que las anomalías cometidas en la administración anterior ya se están ventilando ante el Órgano Superior de Fiscalización del estado y para complementar los archivos la contraloría interna está citando a declarar a los posibles implicados.

Pero acaso el nombre de Julieta Villalpando Riquelme comenzó a mencionarse con más insistencia desde aquella tarde del 16 de noviembre cuando Alejandro Gamiño circulaba por las calles de Tepito en su camioneta Jeep. Al llamado del operativo policial, el hombre decidió emprender la huida, con nulo éxito; motocicletas le alcanzarían cuadras adelante y tras, ahora sí una feroz búsqueda, extrajeron del vehículo 62 envoltorios de cocaína, medio kilo de mariguana, un rifle AK-47 y hasta una báscula para pesar los gramos de droga. Ex diputado local del Partido Acción Nacional en el Estado de México en la LII legislatura, Gamiño fungió como secretario de relaciones del Comité Estatal del PAN y también fue alcalde en Coacalco entre 1997 y 2000.

En 2001 el Congreso mexiquense acusó a Gamiño Palacios de desviar 7 millones de pesos durante su gestión como edil de Coacalco. Sin embargo, la averiguación previa fue enviada a la reserva, debido a que la Contaduría General nunca turnó el dictamen contable que avalaba el quebranto a la administración municipal.

En 2003, la bailarina de un grupo musical acusó a Gamiño de violación, a punta de pistola. Denuncia (COA/II/924/2003) nunca ratificada, por lo que ni siquiera se integró el expediente. Alejandro Gamiño y José Manzur Chávez, quien ocupó la dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal durante el trienio del ex alcalde Alejandro Sánchez, fueron investigados por la PGR por delitos de secuestro, robo de autos y tráfico de drogas, de acuerdo con la averiguación previa PGR/SIEDO/UIEDC/001/2004.

Finalmente trasladado al Reclusorio Sur, se supo, en las primeras investigaciones que además era sobrino político de Julieta Villalpando.

Joyas finas vestidas de azul rey.

Eduardo Pérez Ventura, dirigente del Consejo Estatal de Organizaciones, hizo un llamado al Órgano Superior de Fiscalización y a la Contraloría estatal para que abrieran investigaciones contra Alejandro Gamiño, quien, aseguró, "durante nueve años ha creado un cacicazgo sustentado en el control del gobierno municipal, que actualmente detenta su sobrina política, Julieta Villalpando".

* * *

El viernes 25 de agosto, Luis Villalpando Mercado y Luis Villalpando Riquelme (padre y hermano de la ex alcaldesa), se preparan para una defensiva a ultranza. Se apostan en el interior del centro nocturno que administran, un sitio de nombre Amnesia, apertrechados con todas las intenciones de resistir cualquier ataque.

De poco les sirvieron las estrategias y sus alianzas con 25 de los empleados del lugar: electrificar la reja, la puerta principal y las inmediaciones del negocio, o lanzar piedras y botellas contra los cuerpos policíacos no les funciona; nada consiguen.

El actuario Santiago Miguel Juárez Leocadio y 60 elementos de la policía estatal son demasiados para los Villalpando, en esta pequeña batalla, sobre todo tomando en cuenta que la presidente municipal a estas alturas tenía una semana de haber huido y el poder le fue heredado a un priísta.

Juárez Leocadio inclusive informa que en la trifulca se escuchan
detonaciones de arma de fuego, pero no se encontraron casquillos en el lugar.

Los ejecutores de la orden judicial 669/2005 que emitió el Juzgado Quinto de lo Civil con sede en Coacalco, tienen la fuerza y la razón. Desde hacía dos años, Luis Villalpando Riquelme arrendó a un particular, José Luis Reyes Márquez, el inmueble a un costado de la vía José López Portillo para instalar Amnesia; pero nunca le pagó los 25 mil pesos mensuales acordados en el contrato de arrendamiento.

El resultado: detenidos padre y hermano, junto con sus 25 empleados, por elementos de las policías municipal y estatal.

En tres ocasiones el juzgado Quinto de lo Civil con sede en Tultepec,
ordenó al hermano incómodo que restituyera el inmueble a
su legítimo propietario y pagara el adeudo, que ascendió a 3 millones
de pesos, por concepto del arrendamiento y gastos y costos generados
por los recursos jurídicos. No lo hizo, por supuesto.

En su gestión, la presidenta municipal habría autorizado la
apertura de 25 "giros negros", con licencias turbias que fueron expedidas por la Dirección de Gobernación Municipal 2003-2006. En cuatro casos los papeles están desaparecidos. O nunca existieron.

Su padre fue además el concesionario para instalar una feria alternativa a la tradicional que organizan desde siempre los nativos del municipio, y convertida desde el 2002 en uno más de los negocios Villalpando.

Otros datos familiares: Luis Villalpando Mercado estuvo detenido en Tamaulipas ocho años atrás, acusado de narcotráfico.

Al final de esta historia, su hermano, Luis Villalpando Riquelme, deja de ser el dueño de Amnesia, un lugar en donde presuntamente se comerciaba droga al menudeo, con la complicidad de las autoridades judiciales.

* * *

Pero también hay una parte oscura de la herencia: oficinas llenas de fetiches, platos con cera derretida, cráneos de animales y cruces de piedra utilizadas en la práctica de la brujería, encontradas en áreas como Desarrollo Social, el DIF, Tesorería y la Secretaría del Ayuntamiento.

Algunos, encontrados en cajones de escritorios o enterrados en macetas, platos con monedas o cruces con cera derretida, o de piedra, utilizadas en la santería. En el DIF, cráneos animales y, el mismo día de la entrega de oficinas, vísceras utilizadas la noche anterior en una misa negra, de acuerdo con versiones de algunos trabajadores, lo que les hace suponer la práctica de rituales por parte de algunos ex funcionarios panistas.

* * *

En abril de 2005 la Compañía de Luz y Fuerza divulgó que la administración panista en Coacalco comandada por Villalpando "no solo hace uso de la energía eléctrica sin pagar por ella; sino que utilizó la fuerza pública para impedir que los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro suspendieran el suministro del fluido eléctrico que abastecen a tres pozos, por lo que la paraestatal presentó ante el Ministerio Público las denuncias penales por abuso de autoridad y oposición a la ejecución de una obra pública contra quien resulte responsable, según consta en el acta COA/III/1281/2005".

* * *

El pasado 20 de septiembre, el alcalde David Sánchez Isidoro informó a los ciudadanos, en la plaza pública principal, el estado de la alcaldía. Ahí dio a conocer que heredó "un ayuntamiento endeudado y en bancarrota". Expuso que al momento la deuda pública del gobierno de Coacalco asciende a $217 millones y en la Tesorería municipal "sólo nos entregaron" ocho millones de pesos.

En el organismo descentralizado del agua, la situación es "más
crítica", pues ahí el pasivo público es de 360 millones de pesos, ya que desde 2004 no se pagaron obligaciones fiscales a varias instituciones y
prestadores de servicios.

Además, la administración local está obligada a pagar casi 2 millones por despidos de personal entre 2004 y principios de este año. En el DIF municipal el área jurídica de ese organismo heredó 104 expedientes sobre problemas familiares diversos, de los cuales 88 fueron abandonados en archivos. La dependencia municipal enfrenta además una deuda pública de más de 6 millones; de los cuales 5, 500 mil corresponden a cuotas al Instituto de Seguridad Social del Estado de México y municipios, que no se pagaron durante este año.

En cuanto a la seguridad pública, para atender una población de 600 mil habitantes Coacalco de Berriozabal sólo cuenta con 339 policías; 10 patrullas, dos de ellas descompuestas, y otras tantas con motores reportados como robados; y de las 40 motocicletas en el inventario, 33 no funcionan.


Debido a esto, los elementos de Tránsito dan vialidad en motocicletas particulares. En lugar de estar pintadas con el tradicional blanco y azul panista, en las vialidades circulaban motocicletas blancas o negras conducidas por los elementos de Tránsito.

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Historias de familia. Con nueve años controlando el poder político, las familias entran en una franca guerra que se ha dirimido inclusive en tribunales. En enero, Darwin Renán Eslava Gamiño, sobrino de Alejandro Gamiño Palacios, fue detenido por la Procuraduría mexiquense por presunta extorsión a Julieta Villalpando.

Pero extorsionadora resultó ella.

El entonces procurador estatal, Alfonso Navarrete Prida, expuso en una primera versión que el autor intelectual de la extorsión fue Alejandro Gamiño, quien a cambio de no ventilar un video y fotografías donde aparece la alcaldesa, "en actos delicados de la vida privada", exigía la cantidad de 2.5 millones de pesos, a través de su sobrino.

No obstante, fue detenida en el Distrito Federal presuntamente por extorsionar al propio Alejandro Gamiño Palacios, con la amenaza de acusar a Darwin Renán por delitos contra la salud.

Al momento de ser detenida, encontraron en su poder dos cheques de la cuenta de Alejandro Gamiño Palacios. Uno por dos millones de pesos en favor de Julieta Villalpando Riquelme y otro en blanco: ni cantidad ni beneficiario.

Tras las investigaciones realizadas por la PGJDF se conoce que ella obtuvo de Gamiño Palacios, además, tres terrenos ubicados en el Parque Industrial Coacalco. Por extorsión, fue detenida en el Reclusorio Sur del Distrito Federal y liberada varias horas después, tras pagar una multa de 13 mil pesos.

Por supuesto, la edil de inmediato lo niega en conferencia de prensa.

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Entre las narraciones de cuchara grande no puede dejar de mencionarse el capítulo Coacalco: servidores públicos de primer nivel se autorizaron en el periodo de enero a agosto de este año, "gratificaciones especiales" que sumaron 23 millones de pesos. Se detectó una lista de por lo menos 50 personas que "cobraron sin trabajar" en el gobierno y 49 más en el organismo del agua. La nueva administración detectó más de cien aviadores y plazas con salarios excesivos.

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En mayo pasado, José Aguilar Miranda, miembro de la Comisión Estatal del Partido del Trabajo, acusó a familiares y allegados de la alcaldesa de querer apropiarse de 60 terrenos de bien común de las comunidades.

El dirigente partidista culpó directamente al padre de la presidenta municipal de apoderarse de varios terrenos mediante el pago de los impuestos municipales para posteriormente escriturar.

Pero no paran aquí las irregularidades; regidores del PRD, PAN y PRI en el cabildo de Coacalco solicitaron a la Contraloría del estado de México que investigue presuntas obras públicas falsas, así como irregularidades en contrataciones y finanzas en que habría incurrido la presidenta municipal panista.

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Los primeros días de 2006 ya pintaban grises para Julieta Villalpando y sus colaboradores.

Mientras ella extendía por su propia decisión sus vacaciones decembrinas, del 2 al 6 de enero, los trabajadores del municipio se organizaban para quejarse por no haber recibido aguinaldos. Alrededor de 600 empleados tuvieron que esperar su regreso, durante dos semanas de protestas, pero finalmente los empleados del ayuntamiento, entre ellos policías y bomberos, recibieron su dinero.

"No aguantamos los abusos de la alcaldesa", señaló el regidor Juan López Ortiz, del PRD, quien añadió que ediles del PAN y PRI solicitarían al cabildo que se audite a la Tesorería municipal, ya que el pago de salarios y aguinaldo de los empleados del ayuntamiento estaba contenido en el presupuesto del 2005, y dudaban de un mal manejo del erario público.

Un culpable tenía a la mano: su tesorero Luis Manuel Solano Urbán, a quien responsabilizó del retraso pidiéndole además su renuncia.

Juan López Ortiz, decimosegundo regidor del PRD y Jacqueline Godínez segunda regidora del PAN, afirmaron que debido a la presunción de los malos manejos financieros ejercidos por el tesorero y la alcaldesa, el cabildo decidió solicitar a la Contraloría del Poder Legislativo y a la Secretaría de la Contraloría del gobierno estatal, se revisen exhaustivamente las cuentas públicas, pues existe la sospecha de que los recursos del ayuntamiento fueron a parar a la campaña de Rubén Mendoza Ayala, en sus vanas aspiraciones a la gobernatura mexiquense.

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El nepotismo azul: fueron mismos militantes del Partido Acción Nacional en el municipio quienes acusaron que la planilla del PAN para el ayuntamiento de Coacalco en su gestión 2006-2009 no sólo estaba encabezada por Carlos Chávez Lobato, candidato a alcalde y esposo de Virginia Villalpando Riquelme, hermana de la alcaldesa, sino que además participaban otros familiares de la munícipe.

La candidata a segunda regidora era Cristina Cárdenas Galindo, madre de Gilberto Gamiño Cárdenas, esposo de Julieta y sobrino de Alejandro Gamiño Palacios, el preso por posesión de drogas y portación de arma de fuego.

Ante la presión de los panistas, a última hora se canceló la candidatura de Chávez Lobato a la alcaldía, por su relación familiar con Villalpando. Poco éxito panista: el electorado votaría por el PRI el día de todos-a-las- urnas.

* * *

Durante esta gestión la emperatriz tuvo aliados incómodos. Por ejemplo, el descontento de la población contra el jefe de policía y tránsito del municipio, Benito Juárez, al que sus subordinados acusaron de malos tratos, despotismo, nepotismo y enriquecimiento inexplicable.

No le preocupaban las críticas; el jefe policiaco solía responder: "A mí no me hacen nada, porque yo sí tengo madrina… y se llama Julieta".

Y efectivamente. Nada nunca le hicieron.

* * *

Los conductores y transeúntes, todos, desconocían a Chávez Lobato hasta que miles de dípticos a color, bardas pintadas y todo tipo de propaganda se apropió de sus sentidos. Pero sin presencia política entre la militancia panista, y entre la población, no contaba con el perfil para ocupar la presidencia municipal.

Nueve años dirigido al municipio por personas que han incursionado en la política de manera improvisada, el grupo en el poder consideró atravesar un momento de suerte y continuarían como jerarcas.

Pero no.

En el PAN la lucha por las alcaldías y diputaciones se da entre dos o tres grupos antagónicos, que en su mayoría lo representan familias que se reparten tantos cargos públicos como les es posible.

Pero a la caída del líder Alejandro Gamiño, el grupo que comandaba se desmorona y la debacle del panismo se hace evidente e inevitable.

Más: las auditorias que realizó el Congreso estatal arrojaron infinidad de observaciones e irregularidades como la falta de comprobación de gastos por más de 110 millones de pesos, recursos que fueron restituidos y otros tipo de anomalías se dieron durante la administración de tres alcaldes panistas: Alejandro Sánchez-Alejandro Gamiño-Julieta Villalpando.

Militantes y grupos panistas en la lucha por el poder se han hecho tantas acusaciones mutuas, que han dejado al descubierto la mayor parte de corruptelas y abusos de poder que se conocen.

* * *

Más historias de familia: Gilberto Gamiño Cárdenas, esposo de Villalpando, a través de la empresa Megón Constructores ganó la licitación para la construcción de líneas hidráulicas, perforación y equipamiento de varios pozos de agua potable, por el orden de los 29 millones de pesos. Y era encargado de surtir insumos al ayuntamiento con empresas fantasmas o de prestanombres, entre ellos el de su nana.

Cristina Gamiño Cárdenas era encargada de lavar el dinero que por adquisiciones "legales" realizaba la administración mediante otra empresa.

Julieta Villalpando llegó al PAN en 1998, apoyada por el grupo que había conformado Alejandro Gamiño durante su gestión como alcalde, de 1997 a 2000, que apoyó para la alcaldía a uno de sus integrantes, Alejandro Sánchez, quien gobernó de 2000 a 2003.

Casada con el sobrino de Alejandro Gamiño, consiguió el respaldo del grupo para convertirse en edil.

Gilberto Gamiño Cárdenas, esposo de la alcaldesa y ex presidente del consejo directivo del Sistema de Agua Potable de Coacalco, fue exhibido públicamente en octubre de 2005 en un video en el ofrecía cargos públicos a cambio votos para él, para dirigir el comité municipal panista.

* * *

En marzo de 2006 seguía la debacle del imperio Villalpando. La Procuraduría General de la República encontró elementos para investigar al "Cártel de Coacalco", y a una red de personas que presuntamente involucradas. Figuran en la relación de presuntos responsables, el candidato a la propia alcaldía de Coacalco, Israel Gallardo y allegados a la alcaldesa.

De acuerdo con la averiguación previa FXII/XOC-1/T1/338/06-02 de la Procuraduría del Distrito Federal la entonces presidenta municipal no era extorsionada sólo por un video íntimo, sino por que sabía todo lo que realizaba su tío e, incluso participaba en sus negocios.

El ex procurador Alfonso Navarrete Prida informó que la alcaldesa era muy incisiva en denunciar a policías que extorsionaban "tienditas", pero en realidad lo que pretendía era el control de ellas.

* * *

El pasado viernes 20 de octubre, el nuevo alcalde David Sánchez Isidoro anunció que las autoridades de Coacalco citarán a la ex alcaldesa para que responda por las irregularidades detectadas durante su administración.

Pero nada concreto.

Hasta el momento sólo se intuye que radica en Estados Unidos. Que es millonaria; que no volverá. Simples rumores.

Prepotencia, aviadores, juicios laborales perdidos, mobiliario y
vehículos destruidos, arcas vacías, giros negros, nepotismo, adeudos, saqueo, ineficacia, obras falsas o mal construidas…

Tres días antes de entregar el cargo al nuevo presidente municipal, la edil desapareció. Vacío su casa y no se presentó para ceder la presidencia municipal, el 17 de agosto, situación que nunca había sucedido en Coacalco.

Sí, parecerían pintorescas las anécdotas. Pero son apenas una muestra de la actuación de decenas de personajes que, como Julieta Villalpando Riquelme, son todo el poder en la trama donde los ciudadanos pierden siempre ante los caprichos políticos.

Y de ella nadie sabe su paradero porque ninguna autoridad, en realidad, la está buscando.